15/3/08

T.A.Z

Leído el texto mencionado en el título, me ha recordado también el hacer de los vikingos. Pueblo que lejos de infringir ley alguna, libremente se dedicaban al saqueo, expolio y comercio (menos)en ciudades costeras de la vieja Europa. La red de redes se ofrece igualmente a un trato parecido. Incursiones vikingas de tipo informativo ligadas a pareceres comunes, mientras se disfruta igualmente en común de noticias, archivos, música, videos, libros y demás saberes en un sillón com-Odín. Siguiente zona de parada: al fondo a la derecha, como siempre.

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12/3/08

La mezcla

Pensando en derroteros experimentales sobre el hecho cinematográfico, se me acercó la clara voz de Clara, con un argumento parecido y diferente. Producto de la nueva mezcla aún sin totalizar surgió lo siguiente:

STORY-BOARD PARA FILMACIÓN EXPERIMENTAL

EQUIPO: Clara Torres y Jesús Jiménez


Elaboración del proyecto sobre los temas propuestos de: Margen, Búsqueda y Transformación.


Sinopsis:

De forma conceptual, se reflexiona sobre el arte y los entresijos que el proceso perceptivo presupone sobre la realidad. Para la experimentación fílmica, se alude a la fábula mitológica de Eco y Narciso, (resumida en la parte final de esta introducción). Como herramientas se utilizan los componentes implícitos en una filmación cinematográfica (espacio y tiempo), alterados de forma voluntaria por otros componentes plásticos propios: sonido (Eco) e imagen (Narciso). Los cuales, no guardaran una relación narrativa idéntica en el tiempo cinematográfico, quedando ambas leyendas retrasadas o adelantadas una de otra. A su vez, se cuestiona el proceso fílmico en sí mismo como una forma más de percibir la realidad. Realidad que también se vuelve confusa, como la voz que escucha Narciso sin ver. En todo el proceso se pueden entrever los temas propuestos desde diferentes puntos de vista: Margen (de la realidad, del propio encuadre de la pantalla que se divisa, de los límites del arte, etc.); Búsqueda (de una imagen respecto a una narración en off, de Eco por parte de Narciso, del espectador respecto a lo que percibe, etc.); Transformación (del proceso perceptivo, de la plástica cinematográfica, la propia de Eco y Narciso en 7º arte por no coincidir previamente, la del tiempo y el espacio, etc.).
En esencia se cuestiona sobre la filosofía implícita en el arte de una forma global, cómo esa esencia puede ser diferente respecto a la percepción que cada individuo tiene de un determinado proceso; Desmitificando a su vez el Narcisismo implícito de una narración visual, la cual ofusca múltiples narraciones imaginarias individuales posibles, respecto a una narración oral.

Fábula de Eco y Narciso:

Texto de Miguel Molina Alarcón publicado en el catálogo VAIA 2005. IV Mostra de Video Art Internacional d’Alcoi. Ed. Ajuntament d’Alcoi, 2005. Págs. 12-192.
“Eco, hija del aire, amaba a Narciso con tanta pasión, que le seguía por doquier, al bosque, a la caza, junto a las fuentes, en los más alejados desiertos, con la esperanza de arrancarle alguna palabra favorable, una mirada cariñosa, una prueba de afecto. Trabajo inútil: un obstinado desdén era el único premio a tales desvelos. Abatida por la tristeza y llena de vergüenza por haberse rebajado a tantas tentativas humillante, Eco se retiró a lo más intrincado de los bosques, escogió por morada los antros y
cavernas y cayó en tal estado de agotamiento y flaqueza, que no le quedaron más que los huesos y aún éstos fueron metamorfoseados en peñascos, no quedando de ella, al fin, sino su voz”
(J. HUMBERT: Mitología griega y romana. Gustavo Gili, Barcelona, 1988, pp. 243). Este pasaje mitológico corresponde a una de las metamorfosis narradas según Ovidio, escritor romano del siglo I a. de C.,)

STORY-BOARD: (Transformación, margen y búsqueda de 12 m2)

Clip nº -Narración oral en off -Tomas, tipo de plano, cámara… - Dibujo o imagen ¿ah?-
1 (Eco): ...y yo, que procedo del aire y llego a ti susurrando al oído, te propongo que me sigas por el escenario que te impongo. *A partir de la primera toma o clip en negro y exceptuando los primeros planos acusados, la toma se hará en movimiento real como si la cámara de grabación (y el cámara) caminasen. Imagen en negro durante narración en off.
2 (Eco): Porque tú, imagen que ve en torno suyo, te has quedado mudo. Pero el aire que ves o crees ver, es producto mío y aunque tu consciencia crea decirte vedad, ese ojo vidrioso no es tan omnipresente como yo. Desde todos los sitios llego y persisto a un tiempo, mientras tú, pobre infeliz, necesitas girarte para buscarme y cuando crees que estoy, ya me he ido. Primer plano acusado y exagerado de un ojo.
3 (Eco): Intenta ver el aire de la ventana abierta que musitando como está, agita los papeles del suelo con una suave danza. Primer plano acusado y exagerado de un ojo moviéndose en acción de buscar.
4 (Eco): Tu sordera visual no me es desconocida, pero ahora comprendo su magnitud, (pausa) Es aquí, detrás de tuyo.(narración desde el fondo de la sala donde se reproduce la filmación – 1 canal de audio-) Primer plano de ojo girando para después mostrar la nuca del personaje. Fundido con plano de Pizarra de la nave donde se lee... Eco.
5 (Eco): El aire ha cambiado y los papeles ya no bailan, pero una luz de neón puede percibirse fría desde el techo como una carretera infinita.¿Qué ves, qué sientes, qué percibes?Pausa (tiempo a estimar) Primer plano de una obra de arte abstracto que se interpone a la visión anterior de la pizarra. Pausa (tiempo a estimar).
6 (Eco): A si que te llamas Narciso. Curioso nombre. Un poco conciso, ¿no crees?, (pausa narrativa a estimar) Los papeles que bailaron tenían palabras, pero tú no escuchas. Primer plano de la obra abstracta.
7 (Eco): Es aquí, detrás tuyo.(narración desde el fondo de la sala donde se reproduce la filmación – 1 canal de audio-) *Toma de movimiento en contrapicado o plano bajo desde primer plano de la obra hasta ventana de la nave de Pintura. Ventana
8 (Eco): Curiosa estructura de la fábrica de esta nave que crees haber visto tantas veces. Volumen considerable para campar a mis anchas y enseñarte el arte de la repetición de mi voz.A si que te llamas Narciso, curioso nombre. *Plano de movimiento rápido de cámara desde ventana para enfocar el suelo donde se le la imagen (papel encima de nombre escrito en el suelo).
9 (Eco): Es aquí, detrás tuyo.(narración desde el fondo de la sala donde se reproduce la filmación – 1 canal de audio-) Fundido de tomas (8 con la siguiente 9) Escena de papeles movidas por el aire. Debajo de los mismos se vislumbra un cuadro…
10 (Eco): Porque tú, imagen que ve en torno suyo, te has quedado mudo. Pero el aire que ves o crees ver es producto mío y aunque tu consciencia crea decirte vedad, ese ojo vidrioso no es tan omnipresente como yo. Desde todos los sitios llego y persisto a un tiempo, mientras tú, pobre infeliz, necesitas girarte para buscarme y cuando crees que estoy, ya me he ido. ¿Por qué la luz está encadenada en el techo?, ¿Qué crimen ha cometido?, Lo sabes tú Narciso. A si que te llamas Narciso, curioso nombre. Fundido de toma 9 a la 10. Toma en picado para ver cuadro anterior.
11 (Eco): Tu sordera visual no me es desconocida, pero ahora comprendo su magnitud. Escena de gente paseando por la nave: toma de espaldas a la pizarra. Pues eso, escena de gente paseando por la nave...
12 (Eco): Es aquí, detrás tuyo.(narración desde el fondo de la sala donde se reproduce la filmación – 1 canal de audio-) Primer plano acusado y exagerado de un ojo.
13 Fundido desde toma 12 a 13. Primer plano acusado y exagerado de un ojo moviéndose de derecha a izquierda en acción de buscar.
14 (Eco): ¿Qué ves, qué sientes, qué percibes?. (Voz de fondo entrecortada a la narración de la escena). Escena en plano fijo de Clara leyendo el texto del guión sentada en una silla sin escenarios (nave vacía).Texto que lee: “Tu sordera visual no me es desconocida, pero ahora comprendo su magnitud”. Clara leyendo.
15 (Eco): ¿sabes quién escribió mi nombre en la pizarra?. Toma fija en contrapicado de fluorescentes del techo de la nave para después moverse de izquierda a derecha. Visiones del techo en detalle sin luces
16 (Eco): ... y sin embargo aún sin crimen te pueden poner cadenas injustas, pues aunque no logres verte en mi reflejo, te obcecas en tu sordera visual y lumínica. ): ¿qué ves, qué sientes, qué percibes? Toma de video del nombre de Narciso pintado en el suelo (picado)
17 (Eco): Es aquí, detrás tuyo.(narración desde el fondo de la sala donde se reproduce la filmación – 1 canal de audio-) Toma de plano de silla vacía donde estaba sentada Clara, desde otra perspectiva.
18 (Eco): Si no hubiera techo mi libertad sería total. Sin embargo aquí estoy, deambulando de un párrafo a otro intentando confundirte para que no me encuentres. Escena de toma panorámica por el espacio de la nave que arranca desde un pilar de hierro.
19 (Eco): ¿porqué me enseñas la letra “t” roja y ensangrentada?. ¡No querrás sonrojarme!, Pues procedo del aire. ¿Puedes sonrojar el aire? Toma sesgada de caballete con obra de arte expuesta.
20 (Eco): No te veo pero te escucho, te comprendo. Logro entender lo que dices aunque estés mudo. Si nuestro sino es coincidir mutando, sea. Toma de otro cuadro en el caballete desde otro punto de vista durante la narración de Eco hasta “sea”. Eco (Clara) se incorpora a la escena. Subtítulo sobre la escena : “¿cine?”

-Ubicación de escenario para filmación: Nave de Pintura (2ª Planta)
-Decorados: Mobiliario existente en la nave de Pintura
-Vestuario: El propio de los actores
-Iluminación: Natural y artificial propia de la nave de pintura. Focos direccionales según algunas escenas.
-Sonido: Uso de tema musical “Han caído los dos” de Radio Futura. Bien como acompañamiento o como cierre asociado a los créditos. La letra del tema sugiere entre líneas el drama cinematográfico del sonido y la imagen (Eco y Narciso).
-Presupuesto: A convenir según qué fotografías de obras pictóricas a utilizar. Intenciones: 0 Euros.


BIBLIOGRAFÍA Y FILMOGRAFÍA
- CONEXIONES CREATIVAS DE LA MÚSICA CON LA IMAGEN MÓVIL
¿Narciso enamorado de Eco?.Cuando la imagen móvil persigue a la música: Del Absolute Film a los Vj’s: Miguel Molina Alarcón http://www.iacat.com/Revista/recrearte07.htm
- “El show de Truman (una vida en directo)” Dir: Peter Weir

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Metamorfosis de Eco y Narciso

Toda búsqueda tiene su fruto. Ahí va la fabula de Eco y Narciso de Ovidio

Metamorfosis Ovidio;
Traducción de Ana Pérez Vega
Libro III

Narciso y Eco

Él, por las aonias ciudades, por su fama celebradísimo,
irreprochables daba al pueblo que las pedía sus respuestas.
340
La primera, de su voz, por su cumplimiento ratificada, hizo la comprobación
la azul Liríope, a la que un día en su corriente curva
estrechó, y encerrada el Cefiso en sus ondas
fuerza le hizo. Expulsó de su útero pleno bellísima
un pequeño la ninfa, ya entonces que podría ser amado,
345
y Narciso lo llama, del cual consultado si habría
los tiempos largos de ver de una madura senectud,
el fatídico vate: «Si a sí no se conociera», dijo.
Vana largo tiempo parecióle la voz del augur: el resultado a ella,
y la realidad, la hace buena, y de su muerte el género, y la novedad de su furor.
350
Pues a su tercer quinquenio un año el Cefisio
había añadido y pudiera un muchacho como un joven parecer.
Muchos jóvenes a él, muchas muchachas lo desearon.
Pero -hubo en su tierna hermosura tan dura soberbia-
ninguno a él, de los jóvenes, ninguna lo conmovió, de las muchachas.
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Lo contempla a él, cuando temblorosos azuzaba a las redes a unos ciervos,
la vocal nifa, la que ni a callar ante quien habla,
ni primero ella a hablar había aprendido, la resonante Eco.
Un cuerpo todavía Eco, no voz era, y aun así, un uso,
gárrula, no distinto de su boca que ahora tiene tenía:
360
que devolver, de las muchas, las palabras postreras pudiese.
Había hecho esto Juno, porque, cuando sorpender pudiese
bajo el Júpiter suyo muchas veces a ninfas en el monte yaciendo,
ella a la diosa, prudente, con un largo discurso retenía
mientras huyeran las ninfas. Después de que esto la Saturnia sintió:
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«De esa», dice, «lengua, por la que he sido burlada, una potestad
pequeña a ti se te dará y de la voz brevísimo uso».
Y con la realidad las amenazas confirma; aun así ella, en el final del hablar,
gemina las voces y las oídas palabras reporta.
Así pues, cuando a Narciso, que por desviados campos vagaba,
370
vio y se encendió, sigue sus huellas furtivamente,
y mientras más le sigue, con una llama más cercana se enciende,
no de otro modo que cuando, untados en lo alto de las teas,
a ellos acercadas, arrebatan los vivaces azufres las llamas.
Oh cuántas veces quiso con blandas palabras acercársele
375
y dirigirle tiernas súplicas. Su naturaleza en contra pugna,
y no permite que empiece; pero, lo que permite, ella dispuesta está
a esperar sonidos a los que sus palabras remita.
Por azar el muchacho, del grupo fiel de sus compañeros apartado
había dicho: «¿Alguien hay?», y «hay», había respondido Eco.
380
Él quédase suspendido y cuando su penetrante vista a todas partes dirige,
con voz grande: «Ven», clama; llama ella a aquel que llama.
Vuelve la vista y, de nuevo, nadie al venir: «¿Por qué», dice,
«me huyes?», y tantas, cuantas dijo, palabras recibe.
Persiste y, engañado de la alterna voz por la imagen:
385
«Aquí unámonos», dice, y ella, que con más gusto nunca
respondería a ningún sonido: «Unámonos», respondió Eco,
y las palabras secunda ella suyas, y saliendo del bosque
caminaba para echar sus brazos al esperado cuello.
Él huye, y al huir: «¡Tus manos de mis abrazos quita!
390
Antes», dice, «pereceré, de que tú dispongas de nos».
Repite ella nada sino: «tú dispongas de nos».
Despreciada se esconde en las espesuras, y pudibunda con frondas su cara
protege, y solas desde aquello vive en las cavernas.
Pero, aun así, prendido tiene el amor, y crece por el dolor del rechazo,
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y atenúan, vigilantes, su cuerpo desgraciado las ansias,
y contrae su piel la delgadez y al aire el jugo
todo de su cuerpo se marcha; voz tan solo y huesos restan:
la voz queda, los huesos cuentan que de la piedra cogieron la figura.
Desde entonces se esconde en las espesuras y por nadie en el monte es vista,
400
por todos oída es: el sonido es el que vive en ella.
Así a ésta, así a las otras, ninfas en las ondas o en los montes
originadas, había burlado él, así las uniones antes masculinas.
De ahí las manos uno, desdeñado, al éter levantando:
«Que así aunque ame él, así no posea lo que ha amado».
405
Había dicho. Asintió a esas súplicas la Ramnusia, justas.
Un manantial había impoluto, de nítidas ondas argénteo,
que ni los pastores ni sus cabritas pastadas en el monte
habían tocado, u otro ganado, que ningún ave
ni fiera había turbado ni caída de su árbol una rama;
410
grama había alrededor, a la que el próximo humor alimentaba,
y una espesura que no había de tolerar que este lugar se templara por sol alguno.
Aquí el muchacho, del esfuerzo de cazar cansado y del calor,
se postró, por la belleza del lugar y por el manantial llevado,
y mientras su sed sedar desea, sed otra le creció,
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y mientras bebe, al verla, arrebatado por la imagen de su hermosura,
una esperanza sin cuerpo ama: cuerpo cree ser lo que onda es.
Quédase suspendido él de sí mismo y, inmóvil con el rostro mismo,
queda prendido, como de pario mármol formada una estatua.
Contempla, en el suelo echado, una geminada -sus luces- estrella,
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y dignos de Baco, dignos también de Apolo unos cabellos,
y unas impúberas mejillas, y el marfileño cuello, y el decor
de la boca y en el níveo candor mezclado un rubor,
y todas las cosas admira por las que es admirable él.
A sí se desea, imprudente, y el que aprueba, él mismo apruébase,
425
y mientras busca búscase, y al par enciende y arde.
Cuántas veces, inútiles, dio besos al falaz manantial.
En mitad de ellas visto, cuántas veces sus brazos que coger intentaban
su cuello sumergió en las aguas, y no se atrapó en ellas.
Qué vea no sabe, pero lo que ve, se abrasa en ello,
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y a sus ojos el mismo error que los engaña los incita.
Crédulo, ¿por qué en vano unas apariencias fugaces coger intentas?
Lo que buscas está en ninguna parte, lo que amas, vuélvete: lo pierdes.
Ésa que ves, de una reverberada imagen la sombra es:
nada tiene ella de sí. Contigo llega y se queda,
435
contigo se retirará, si tú retirarte puedas.
No a él de Ceres, no a él cuidado de descanso
abstraerlo de ahí puede, sino que en la opaca hierba derramado
contempla con no colmada luz la mendaz forma
y por los ojos muere él suyos, y un poco alzándose,
440
a las circunstantes espesuras tendiendo sus brazos:
«¿Es que alguien, io espesuras, más cruelmente», dijo, «ha amado?
Pues lo sabéis, y para muchos guaridas oportunas fuisteis.
¿Es que a alguien, cuando de la vida vuestra tantos siglos pasan,
que así se consumiera, recordáis, en el largo tiempo?
445
Me place, y lo veo, pero lo que veo y me place,
no, aun así, hallo: tan gran error tiene al amante.
Y por que más yo duela, no a nosotros un mar separa ingente,
ni una ruta, ni montañas, ni murallas de cerradas puertas.
Exigua nos prohíbe un agua. Desea él tenido ser,
450
pues cuantas veces, fluentes, hemos acercado besos a las linfas,
él tantas veces hacia mí, vuelta hacia arriba, se afana con su boca.
Que puede tocarse creerías: mínimo es lo que a los amantes obsta.
Quien quiera que eres, aquí sal, ¿por qué, muchacho único, me engañas,
o a dónde, buscado, marchas? Ciertamente ni una figura ni una edad
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es la mía de la que huyas, y me amaron a mí también ninfas.
Una esperanza no sé cuál con rostro prometes amigo,
y cuando yo he acercado a ti los brazos, los acercas de grado,
cuando he reído sonríes; lágrimas también a menudo he notado
yo al llorar tuyas; asintiendo también señas remites
460
y, cuanto por el movimiento de tu hermosa boca sospecho,
palabras contestas que a los oídos no llegan nuestros…
Éste yo soy. Lo he sentido, y no me engaña a mí imagen mía:
me abraso en amor de mí, llamas muevo y llamas llevo.
¿Qué he de hacer? ¿Sea yo rogado o ruegue? ¿Qué desde ahora rogaré?
465
Lo que deseo conmigo está: pobre a mí mi provisión me hace.
Oh, ojalá de nuestro cuerpo separarme yo pudiera,
voto en un amante nuevo: quisiera que lo que amamos estuviera ausente…
Y ya el dolor de fuerzas me priva y no tiempos a la vida
mía largos restan, y en lo primero me extingo de mi tiempo,
470
y no para mí la muerte grave es, que he de dejar con la muerte los dolores.
Éste, el que es querido, quisiera más duradero fuese.
Ahora dos, concordes, en un aliento moriremos solo».
Dijo, y al rostro mismo regresó, mal sano,
y con lágrimas turbó las aguas, y oscura, movido
475
el lago, le devolvió su figura, la cual como viese marcharse:
«¿A dónde rehúyes? Quédate y no a mí, cruel, tu amante,
me abandona», clamó. «Pueda yo, lo que tocar no es,
contemplar, y a mi desgraciado furor dar alimento».
Y mientras se duele, la ropa se sacó arriba desde la orilla
480
y con marmóreas palmas se sacudió su desnudo pecho.
Su pecho sacó, sacudido, de rosa un rubor,
no de otro modo que las frutas suelen, que, cándidas en parte,
en parte rojean, o como suele la uva en los varios racimos
llevar purpúreo, todavía no madura, un color.
485
Lo cual una vez contempló, transparente de nuevo, en la onda,
no lo soportó más allá, sino como consumirse, flavas,
con un fuego leve las ceras, y las matutinas escarchas,
el sol al templarlas, suelen, así, atenuado por el amor,
se diluye y poco a poco cárpese por su tapado fuego,
490
y ni ya su color es el de, mezclado al rubor, candor,
ni su vigor y sus fuerzas, y lo que ahora poco visto complacía,
ni tampoco su cuerpo queda, un día el que amara Eco.
La cual, aun así, cuando lo vio, aunque airada y memoriosa,
hondo se dolió, y cuantas veces el muchacho desgraciado: «Ahay»,
495
había dicho, ella con resonantes voces iteraba, «ahay».
Y cuando con las manos se había sacudido él los brazos suyos,
ella también devolvía ese sonido, de golpe de duelo, mismo.
La última voz fue ésta del que se contemplaba en la acostumbrada onda:
«Ay, en vano querido muchacho», y tantas otras palabras
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remitió el lugar, y díchose adiós, «adiós» dice también Eco.
Él su cabeza cansada en la verde hierba abajó,
sus luces la muerte cerró, que admiraban de su dueño la figura.
Entonces también, a sí, después que fue en la infierna sede recibido,
en la estigia agua se contemplaba. En duelo se golpearon sus hermanas
505
las Náyades, y a su hermano depositaron sus cortados cabellos,
en duelo se golpearon las Dríades: sus golpes asuena Eco.
Y ya la pira y las agitadas antorchas y el féretro preparaban:
en ninguna parte el cuerpo estaba; zafranada, en vez de cuerpo, una flor
encuentran, a la que hojas en su mitad ceñían blancas.
510

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2/3/08

Guión Experimental

GUIÓN PARA FILMACIÓN EXPERIMENTAL
Prefacio:
La secuencia de imágenes en el cine respecto a una narración lineal (visual y oral) en el tiempo, es la forma más habitual de una filmación. La realidad fílmica expuesta, corresponde a la realidad que el sentido de la visión percibe, es decir, hacia delante en un desarrollo ya establecido por la narración literaria tradicional. Incluso el flash-back cinematográfico usado entre varias secuencias, usado como recuerdo o memoria de un tiempo anterior, sigue por sí mismo esta linealidad narrativa hacia delante (recuerdos actualizados en un presente).
Por otro lado, la imagen que se filma y proyecta, bebe de las fuentes de otras artes plásticas anteriores como su predecesora fotográfica o la pintura. Estas últimas constituyen la formalidad lumínica y colorista de la imagen que se proyecta, por lo que la filmación suele ser una recreación o confirmación de artes anteriores sobre la realidad.
Si se recuerda las filmaciones de cine mudo, los cambios entre diferentes escenas estaban conducidas por textos escritos, que a modo de relatos cortos, anticipaban lo que visualmente iba a ocurrir. La imagen posterior, aunaba los pensamientos imaginados por los espectadores en una sola toma, quedando fuera de juego tantos escenarios posibles como espectadores hubiese en la filmación. Este proceso tan categórico, y porque no, tan sumiso, es por lo que el arte cinematográfico es tan absorbente. Si además de todo esto se añade una banda sonora o acompañamiento musical, la interpretación de la filmación es casi exclusiva de las intenciones de su creador.
Sin embargo, la particularidad del proceso de filmación respecto a un espacio en el tiempo, puede tener una lectura diferente, si el guión narrativo sonoro se desprende y disocia de las imágenes a las que van unidas. La mera descripción categórica y unidireccional de una proyección quedará en entredicho, al dejar al espectador como protagonista único de la interpretación global de las escenas en un subconsciente colectivo e individual al mismo tiempo. A modo de símil, podría comprenderse mejor esta situación si la comparásemos con el eco que produce el sonido. Después de emitido éste, al cabo de un tiempo se escucha su réplica. Bajo esta premisa de emisión narrativa oral que precede a la imagen, se puede cuestionar la presencia de un espacio determinado, respecto a una temporalidad narrativa que es diferente en el tiempo. Continuamente, el espectador intentará restablecer el espacio que se representa, pero bajo conexiones no lineales en el tiempo ofrecidas por las imágenes respecto del sonido. Mediante este juego de imagen y sonido, las visualizaciones pueden tener carácter de flash-back o memoria individual, aunque en ese instante la narración sonora describa otra situación diferente.
La intención de la experimentación es cuestionarse la propia percepción de la realidad, bajo las consideraciones estrictas del llamado cine absoluto. Arte fílmico experimental sin corsés plásticos de otras disciplinas artísticas aunque éstas estén presentes o intuidas.

LA DISGREGACIÓN DEL ESPACIO DE SU TIEMPO NARRATIVO
(Transformación, margen y búsqueda de 9 m2.)
Para poder realizar el experimento sin tener que retocar la banda asociada de audio de la filmación, se procederá a realizar la grabación en un ángulo de 180º respecto a la narración oral que se realice. Es decir, en vez de grabar con la cámara como si ésta fuera una prolongación del ojo, éste narrará lo que percibe y a su espalda la cámara irá recogiendo las imágenes. Con el cambio y movimiento del narrador, la filmación quedará retrasada respecto al audio. Cuando la narración oral coincida en el punto en que la filmación comenzó, aquella quedará retrasa respecto a la filmación primera. A partir de este momento, la confusión creada por la repetición de imágenes, pero con diferentes narraciones orales, originará una inestabilidad perceptiva temporal en el espectador. El receptor de la filmación no podrá asegurar cuando una imagen precede al sonido o cuando un sonido precede a la imagen. Caos perceptivo del tiempo y del espacio gracias al registro obtenido. De esta forma el cine o el hecho fílmico puede reconstruir su esencia como medio de expresión artística propia, o lo que es lo mismo, recrearse con el tiempo y el espacio como únicos componentes propios de su morfología plástica.
El escenario dado para la experimentación será de aproximadamente 9 ó 12 m2. , en el cual se situarán elementos más o menos representativos para su descripción oral y su posterior interpretación visual. Los conceptos de arriba, abajo, derecha e izquierda, tendrán lecturas diferentes. Será una búsqueda constante de un espacio construido a partir de trompicones temporales.
Una introducción como la descrita, resultaría demasiado extensa e intuitiva para el receptor de la filmación, por lo que se recurre a una premisa oral de tipo poético-mitológico resumiendo lo expuesto: la fábula de Eco y Narciso. Eco (el sonido) e hija del aire persigue a Narciso (imagen) en un alocado frenesí. En nuestro caso será la imagen (Narciso) quien persiga a Eco (sonido), hasta el momento en que ambos hayan descrito una misma situación. A partir de entonces, la búsqueda será recíproca en un tiempo narrativo impreciso. La fábula tiene su origen en un texto de Miguel Molina Alarcón.
Texto de Miguel Molina Alarcón publicado en el catálogo VAIA 2005. IV Mostra de Video Art Internacional d'Alcoi. Ed. Ajuntament d'Alcoi, 2005. Págs. 12-19
Eco, hija del aire, amaba a Narciso con tanta pasión, que le seguía por doquier, al bosque, a la caza, junto a las fuentes, en los más alejados desiertos, con la esperanza de arrancarle alguna palabra favorable, una mirada cariñosa, una prueba de afecto. Trabajo inútil: un obstinado desdén era el único premio a tales desvelos. Abatida por la tristeza y llena de vergüenza por haberse rebajado a tantas tentativas humillantes. Eco se retiró a lo más intrincado de los bosques, escogió por morada los antros y cavernas y cayó en tal estado de agotamiento y flaqueza, que no le quedaron más que los huesos y aún éstos fueron metamorfoseados en peñascos, no quedando de ella, al fin, sino su voz" (J. HUMBERT: Mitología griega y romana. Gustavo Gili, Barcelona, 1988, pp. 243). Este pasaje mitológico corresponde a una de las metamorfosis narradas según Ovidio, escritor romano del siglo I a. de C., ver OVIDIO NASÓN, Publio: Arte de amar y las Metamorfosis. Ed. Iberia. Barcelona, 1989

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Comentario a diferentes textos

Desde el Limbo a la tierra, de la tierra al limbo
LA REPRODUCTIBILIDAD TÉCNICA DEL AURA DIGITAL Y SU ESTRUCTURA DE EMPLAZAMIENTO EN EL ARTE.

(Reflexión sobre textos de W. Benjamín, Heidegger y Michael Betancourt)


















0 1 00 01 10 11 001 010 011 100 101 110 111 0001 0010 0011 0100 0101 0110 0111 1000 1001 1010 1011 1100 1101 1110 1111 . . . . . . . . . . ....... que posiblemente se organice, en una secuencia constante entre sueño, vigilia y tránsito. Sucede lo mismo cuando un concepto pretende materializarse, en una secuencia infinita de posibilidades creativas, pero bajo un canon, norma o patrón como señuelo abstracto y esencia de sí mismo.
Si se considera abstracto cualquier concepto imaginado, su posible materialización supone una transformación de la propia materia (física), en un engendro que puede evocar la idea del concepto primero sin llegar nunca a igualarlo.
Una situación parecida se presenta, cuando el aura digital o la tecnología digital, es comparable al mundo de la idea o el concepto. Oculto tras la máquina está la función o fórmula de instrucciones y el hecho de leerlas, comprenderlas, interpretarlas o transpolar su significado a una realidad material, aborrece y mancilla el propio concepto digital áureo. No obstante, el resultado queda acotado, encasillado, cosido a la banda de frecuencias audibles y visibles en una constante reinterpretación de los mismos modelos y con reiterado maniqueísmo reproductivo, para intentar evocar la esencia del concepto que inspiró la corporeidad. Máquina (hardware), inspirado en una física aplicada de matemáticas y cómputo digital (software) que reproduce una realidad muy precisa pero ya sabida (realidad).
Posibilidad de multitud de colores que aunque no apreciemos diferencias entre cuatro tonos de azul, tienen una referencia digital que las distingue y los vuelve únicos. Sonidos inaudibles que tienen una referencia visible de su frecuencia vibratoria gracias a la representación tecnológica en una escala de tiempo. No los oímos pero los vemos.
Qué mejor manera de entender el arte de traer adelante las formas, las situaciones y las sensaciones, que el concepto digital nos ofrece para materializar lo invisible. Seguidamente, un Arte interpretativo y conceptual valorará el éxito obtenido del arte de engendrar formas físicas respecto al concepto. Serán los lenguajes, las explicaciones, la puesta en escena que corre paralela a la corporeidad de la obra material, los que de nuevo migren la imaginación hacia el aura digital del concepto primero (causa). El arte es una aberración filosófica, Arte es creer que no lo es aunque lo sea.

Más que preguntarse por la técnica para encontrar su esencia, al hombre solo le queda volverse él mismo esencia. Mediante diferentes técnicas o artes intentar volver donde se quedó cuando consiguió ser consciente de sí mismo; Y en vez de quedarse atado al hardware de su cuerpo, seguir su periplo conceptual para alcanzar el lenguaje abstracto puro ( mega-software). Diferentes artes nos previenen y alertan de ese viaje: artes escénicas como "Tron", "Mátrix" ..., o como en otro tiempo por ejemplo fueron las artes literarias de Santa Teresa o San Juan sobre el hecho místico, o como en su día fue la pintura cavernaria . Ocurre que el fin por el que se evade el hombre en busca del concepto, cambia según los tiempos. Magia, religión, idealismo o tecnología son lo mismo, las artes sólo sirven y sirvieron para hacerlos cercanos.
Si el hombre consiguiera ser aura mediante la era digital, para qué nos serviría el cuerpo o la materialidad carcelaria. Sólo para demostrar el concepto. Una existencia etérea o simbólica es una existencia inmaterial. Sólo matemáticas sin aplicación posible, pero si lo aplicamos sabremos que materializaremos aborreciendo el concepto. Física aplicada en forma de arte experimentado, luego la física también es una aberración matemática; Pero qué arte poder degustar la materialidad de la comida, ver esos cuerpos desnudos al sol, disfrutar de mi nuevo colchón látex natura al son de una música excitante, ansiar ese masaje terapéutico del verano pasado (pedazo masaje), ese viaje veraniego..... mmmmmmmmm, que me viene el AAAAARTE, del gusto que me da solo pensarlo.....oh, oh, oh, oh 0 1 00 01 10 11 001 010 011 100 101 110 111 0001 0010 0011 0100 0101 0110 0111 1000 1001 1010 1011 1100 1101 1110 1111 . . . . . . . . . .? ? ? ? ? ? ?

-Por favor, inserte otra moneda para nuevo viaje virtual.

- Me x###! en la xx#ç! economía especuladora del mercado.

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Recopilación de guiones

Una joven habla con su madre por el móvil, y le cuenta que tiene que interpretar un guión para un cortometraje de la Facultad. La madre, mientras tanto, se obceca en repetir constantemente a su hija, la receta del guiso de rabo de toro con salsa de viagra.
- Y no se te olvide disolver bien la viagra para que no se note. Que a la universidad has ido más que nada para conseguir marido. Dice la madre
- Que sí mama... que si. {resignada}. Ya lo he anotado todo.
En una libreta, Berta repasa la lista de los útiles que tiene que buscar para el cortometraje.
La chica se dirige a la facultad en su bicicleta. Su nuevo sillín y el recuerdo del guiso de viagra de su madre, excitan la libido de la chica, que soltando los pies de los pedales, deja que las ocasionales imperfecciones del asfalto, hagan el resto. Quién necesita viagra cuando se dispone de una suave pendiente empedrada.
La clase ya había comenzado
{caos de gente moviéndose en todas direcciones, con diferentes utensilios en sus manos}.Grabación en of.
- ¡Berta!. ¿Pasaste por la carnicería?.
- Si, está todo en la bolsa. Toma, el vestido me lo han prestado, cuídalo bien (dice Berta dirigiéndose a otra compañera diferente a la anterior).
El vestido de hada tenía las alas descosidas, pero Paulina sabía como arreglarlo. Paulina lo arreglaba todo. {escena de recuerdo de la hija de Paulina con un traje de hada para la función del colegio (traje de made in Palestina)}{de repente, la hija se convierte en una mujer de raza árabe, que vestida de hada, camina con un sombrero de copa en sus manos hasta llegar a una mesa.. Del sombrero extrae dos cuchillos, y se los ofrece a los comensales. A los extremos del blanco mantel, se encuentran un cerdo vestido con traje y un cordero con túnica o silaba. Cada uno coge un cuchillo y se rasgan las vestiduras (metafórica y físicamente). Con la mano se extraen sendos corazones y se los ofrecen mutuamente. La mujer, pidiendo permiso a los comensales se encarga de colocar los nuevos corazones. Primero al cerdo.
(Diferentes tomas en off de compañeros y alumnos expectantes contemplando la escena).
Después al cordero.
Alguien dice: "Pues yo creo que una sopa con viagra le hubiera venido mejor; así acabarían haciendo el amor follando, en vez de firmar una tregua indefinida para dejar de darse por culo uno a otro.
- Pareces mi madre. Dice Berta.
- Nene, quieres apartarte con la cámara que no puedo ver el final de la escena. Recrimina Berta dirigiéndose a un compañero que graba otros ángulos diferentes con su cámara.
El cámara que se aparta, enfoca el objetivo de la cámara que está rodando el ficticio of y vuelve a verse la escena de la mesa en segundo plano. Todo el equipo aparece en primer plano trabajando con la edición de la película como si la escena global fuera el cuadro de las Hilanderas de Velázquez (quién iba a decir que Velázquez fuera un precursor de las escenas en of). Cuadro que parece alejarse en el fondo negro de la pantalla, que no es otra cosa que la pupila del ojo de Berta, que continúa la conversación telefónica con su madre.
- Ya sabes hija, que a los hombres se les conquista por el estómago.
- Que sí mama. Venga te llamo mañana. Adiós.
Berta entra en clase mientras el profesor acaba de comentar la película y recuerda que el guión o posibles guiones tienen que estar la semana que viene.
La gente sale de clase. Fin. Una Niña también sale de la clase y se va con el vestido de hada puesto.

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El vendepenas

EL VENDE-PENAS

Debajo de aquel bombín negro, como todo bombín negro que se precie de serlo; con tez blanquecina y ojos ensimismados ante el escaparate de unos grandes almacenes, D. Benedicto contemplaba la curiosa manera y estudiadas intenciones de venta, que caracterizaban los productos expuestos.
-Dan pena. La verdad es que dan pena. Pero una pena ausente de ellas mismas. Es una pena recíproca hacia el posible comprador. Si cualquiera de los transeúntes se considerase más guapo que los maniquíes, estos se echarían a llorar. Y aquellos, en vez de intentar mirarse ante este espejo traicionero, lo esquivarían para no contagiarse de los harapos que llevan puestos los muñecos. Pues por mucho renombre de la marca, los pantalones, el jersey o el abrigo están deshechos, deshilachados y convertidos en trapos. ¡Joder con la elegancia de las manititis éstas!, Si no fuera por que estoy delante de un escaparate, juraría que me he perdido en una callejuela donde se vende carne para saciar los instintos más básicos.
Pensativo, D. Benedicto siguió su camino hacia la pensión. La casera servía la cena a la siete y no consentía la impuntualidad en las comidas. Aunque lo gracioso era, que la casera respondía al nombre de Angustias de las Horas Cuesta.
Ya en la cama y con el bombín sobre la mesita, Benedicto daba vueltas sin conciliar el sueño. No sabía si era por la falta de sustancia del cuenco de sopa recalentada del día anterior, que se afanaba por impregnar todas las paredes del estómago, o por los pensamientos que le acudían a su cabeza recordando aquel escaparate. De vez en cuando los faros de un coche inundaban la habitación y como luces escénicas, enfocaban el cartel de la pared frente a la cama. Un gran titular anunciando la obra de teatro en la que D. Benedicto fue figura principal y protagonista durante 334 funciones consecutivas de gran éxito. Entre los recuerdos de aplausos y felicitaciones, un sueño cansino y ausente de descanso se adueña de la pulida cabeza sobre la almohada. Quizás mañana haya plato hondo.

- Buenos días D. Benedicto, ¿tentando otra vez la suerte?

Pablo Cortes, el portero, siempre era muy amable, aunque hoy el saludo era diferente. Otras veces se había limitado a saludarlo sin ningún añadido personal tan directo. Tentar a la suerte es de toreros y ludópatas. El cometido de esa mañana era muy diferente.
El despacho de D. Galindo, estaba situado junto a la salida del escenario, después de los camerinos y el cuarto de los vestuarios. El pasillo se acortaba entre diferentes saloncitos que aparcaban a sus lados las entradas a los palcos y graderíos. Y no como un torero, sino como alguien seguro de sí mismo, el actor llama a la puerta mientras extrae del bolsillo de la chaqueta, la carta que le escribiera su amigo Julio la semana pasada.

- Hola Bene. ¿Qué tal estás?. ¿Recibiste mi carta?.
- Me alegro de verte Julio. Sí, aquí la tengo. ¿Qué es eso de una representación esporádica mientras se vende?.
- Verás. Hace un mes, una agencia de publicidad, contactó con un amigo mío al que le solicitaban actores para cierto trabajo mercantilista. Este amigo mío, estaba comprometido con otros asuntos y como sabes, en el mundo de la farándula, los contratos no llueven del cielo todos los días. Mi amigo no quería dejar escapar lo que tenía entre manos, ni lo que le ofrecía la susodicha agencia. Me llamó para arreglarlo buscando un actor comprometido y responsable. Pensé en ti y aquí estás.
- Si, pero en la carta me cuentas que no hay que representar un papel, sino varios. ¿Cómo se actúa vendiendo?. No dudo que los vendedores representen un papel mientras venden, pero un actor vendiendo... Vamos, que no lo veo.
- La agencia te explicará con más detalle el protocolo que has de representar. Es una buena oportunidad que puedes aprovechar para cambiar ese bombín descolorido y ceniciento, a la vez que quitas el aire a tus entrañas con algo sólido.
- Quizás no esté pasando por un buen momento, pero la valía de mi talento no merece desprecios culinarios, ni estilísticos sobre mi vestuario. Reprochó D. Benedicto.
- Perdona, no quise ofenderte. Pero el estómago no entiende de arte y el tuyo delira por un papel que represente un menú o comida a la carta. Vamos, no pierdes nada intentándolo.
- Tienes razón, si el estómago entendiera de arte, se saciaría de actuaciones, exposiciones pictóricas y demás manifestaciones que exaltan el alma. Y la única debilidad o vahído, sería la emoción sentida ante la originalidad y la creación. De manera perversa, mis entrañas se han devorado los pocos tesoros que este oficio me ha dado, con el intercambio de prestamistas y casas de empeño. Necesito trabajar.
- ¿De acuerdo entonces?. Bien. Aquí tienes la dirección de la agencia. Esta misma tarde puedes pasarte por allí. Llamaré por teléfono para decirles que les harás una visita.
- Gracias Julio. Te lo agradezco de verdad. El ego de un artista a veces es más grande que sus posibilidades o limitaciones, y el mío no es que se agigante; sólo parece más grande cada día en comparación con la masa del cuerpo que la sostiene.
La agencia sólo distaba media hora andando desde el teatro que le dio fama a D. Benedicto. Sin darse cuenta, estaba llamando de nuevo a otra puerta preguntándose si soplaría con arrogancia su orgullo, o por el contrario diría que sí a todo lo que le pidieran, aunque fuera un disparate. El ruido de sus tripas le hizo decidir.

- Buenas tardes Srta... Balbuceó bajo el bombín, al ver materializarse uno de los “manititis”, maniquíes del día anterior.
- Buenas tardes Sr. ...
- Benedicto Perfecto. Mi amigo D. Julio Galindo de la Plata, me envía para el trabajo de representación.
- Pase, pase, el Sr. Galindo nos ha informado al respecto. Siéntese, la responsable de publicidad le atenderá enseguida.

Por segunda vez en su vida, el actor de quien la crítica solo pudo aplaudir sus representaciones, se sintió empequeñecido y fuera de sitio. La primera ocurrió en una obra de teatro del colegio; cuando se le olvidó un texto y su profesor le gritaba las palabras desde el lateral del escenario. Desde entonces, decidió entregarse en cuerpo y alma al mundo del teatro. El suceso del colegio, significó el bautizo de la excitación que puede sentir un actor, ante un graderío lleno de personas, pendientes de la actuación y caracterización de un autentico manipulador de los sentimientos de la gente.

- Como el escaparate de la tienda. Sólo tengo que disfrazarme y actuar. Si un vendedor actúa, que no puede vender un actor. Pensó.

La voz de la señorita invitándole a pasar a un despacho, sacó a D. Benedicto de sus pensamientos.

- ¿Sabe Ud. en qué consiste el trabajo?. Preguntó inquisitivamente otra señorita que parecía hermana gemela de la anterior, pero con el pelo teñido de color vino.
- Creo que sí. Tengo que hacer una representación mientras vendo. Lo que no sé con certeza, qué producto tengo que vender. Dijo D. Benedicto mientras buscaba un cartel sobre la mesa de la inquisidora. Menuda manera de comenzar un trato. Sin presentaciones ni formalidades.

Con una sonrisa de ojos brillantes, Aurora Sarmiento, respondió:

- Nada que no tenga todo el mundo. Incluso usted.
- No entiendo, ¿cómo voy a vender algo que tiene todo el mundo?. Es absurdo.
- Todo el mundo lo tiene, pero lo ignora. Como le he dicho, hasta usted lo posee. Cuando ha entrado por esa puerta y ha contestado a mi primera pregunta, incluso me lo ha vendido.

D. Benedicto intentaba no abrir la boca de asombro, pero esperó en silencio el resto de la explicación.

- Pena Sr. Benedicto Perfecto, pena. Todas las personas tiene pena y sin embargo no hacen más, que comprarla a todas horas. No conformes con su existencia, intentan consolarse comprando las cosas más absurdas que le alivien de su soledad, depresión, problemas, angustias y miserias, que no son otra cosa que un producto inventado para seguir vendiendo pena. ¿Lo coge Benedicto?.
- Mas o menos. Pero si está tan estudiado la venta de pena, ¿para qué quieren ustedes un actor?
- Porque hay que abrir nuevos mercados. Todo el mundo ha comprado la pena de caperucita roja, la bella durmiente, cenicienta, el gato con botas, los tres cerditos..., si quiere continúo.
- No hace falta, me hago una idea.
- Sin embargo, el lobo feroz, el coyote, el Conde Drácula, Frankenstein y todos los seres engendrados por el miedo existencial de la humanidad están ahí, sin salida. En el paro obligado. Sin un futuro prometedor porque no dan pena. Son la representación de nuestros miedos y fracasos, y como tales no queremos ni verles. En este punto entra usted en acción. Necesitamos vender nuestros propios engendros deformes. Dotarles de una estética desenfrenada y pasional. La sociedad tiene que comprar su propia pena con la que se identifique. No los edulcorantes de color rosa y vinilo de los siete enanitos, la abuela de caperucita o de la ratita presumida.
- Entonces, me disfrazo de zombi y llamando de puerta en puerta, ofrezco pena pasional de primera calidad a pagar en cómodos plazos sin intereses. Rechistó D. Benedicto con sarcasmo y asombro.


Una carcajada salió de una boca llena de dientes cuadrados perfectamente alineados. Aurora meneó la cabeza y contestó.

- No hombre, no. No se trata de eso, aunque las intenciones no se diferencian mucho. Su trabajo consiste en hacer un anuncio publicitario para una marca comercial. En un spot televisivo, se contará una pequeña historia, algo perversa si lo prefiere, donde se exalten los valores macabros de sus protagonistas. Esos valores, Sr. Benedicto, son los que hay que vender en pequeñas dosis. Aunque lo que realmente estará vendiendo serán ataúdes y servicios de pompas fúnebres de una conocida funeraria, que nos ha pedido que le fabriquemos dicho spot.
- ¿Ataúdes?. Exclamó Bene con los ojos muy abiertos.
- Sí. Aquí tiene el guión con los personajes que tiene que interpretar. Lo estudia y si le convence empezaremos a trabajar de inmediato. El anuncio tiene que estar resuelto en menos de cuatro semanas. Todo el equipo de esta empresa ya tiene preparado todos los detalles. Sólo nos faltaba un actor, es decir usted.

D. Benedicto hojeó sorprendido el guión a la vez que sus tripas se revolvían como caballos encabritados. No sabía si ahora era hambre, o una respuesta orgánica a lo que acababa de escuchar.

- Podría usar el servicio Srta. Aurora. Tengo necesidad...
- Por supuesto, mi compañera le indicará el camino.

Casi no pudo abrir la tapa del inodoro, cuando una amarga arcada intentó expulsar los líquidos gástricos de su malogrado buche. Tosiendo se esforzó en retener los fluidos estomacales.

- No vaya a ser que además de flaco y esquelético por la abundancia de víveres, además me deshidrate. Dijo D. Benedicto, irónico.

Mirándose al espejo, notó que su aspecto era el de un espectro. Blanco y son los ojos humedecidos, pero con una expresión que le sorprendió.

- Y porqué no. El aspecto tétrico ya lo tengo. No hará falta ni maquillarme. Si hay que vender ataúdes, se venden ataúdes.
- ¿Todo bien?. Se Interesó Aurora.
- Disculpe, pero tengo el estómago delicado y todo este asunto sobre féretros y penas comerciales me lo ha puesto patas arriba.
- Comprendo. Bueno, cuando haya leído el guión volvemos a hablar. Pero no tarde en contestarme.
- No hay nada que pensar. Acepto el trabajo. Al principio me resultaba chocante y quizás macabro, pero no deja de ser un trabajo. Hammlet en versión moderna, podría decirse. Además mi situación económica es bastante precaria. Por cierto, cuánto dinero percibiré por la actuación.
- El contrato es una mera formalidad. El rodaje durará entre dos y tres semanas. De todas formas sus honorarios serán 3.000 €. De esa cifra tendrá que descontar impuestos y la comisión de su amigo Julio. ¿Le parece bien?.
- Por supuesto. Habría aceptado por la mitad. En cuanto a mi amigo Julio ya hemos hablado al respecto. Sólo quiere que le invite a comer y que yo le acompañe.
- Mi compañera Margarita se ocupará del papeleo. Le llamaré dentro de un par de días.
- Gracias y encantado. No tengo teléfono, pero puedo facilitarle el de la pensión donde me hospedo. La casera me tendrá al corriente.
- ¿No tiene usted un teléfono móvil?. En estos tiempos se ha convertido en una parte más de nuestro cuerpo.
- Bastante me muevo yo a lo largo del día, y si tuviera que depender de algo más, tendría que vender parte de mi cuerpo. El cambio no me parece bueno. ¿No cree?.

Aurora le miró sin ninguna expresión en la cara, pero los ojos expiaban profesionalmente al hombre enjuto que se erguía con cada palabra que pronunciaba.

- Sin duda este trabajo está hecho a su medida. Seguro que hará un buen papel.
- Ya.

Una excitación se filtró hasta la médula del actor cuando comenzaron los rodajes. Volver a actuar siempre supone una sobredosis de éxtasis difícil de explicar. El ajetreo, las prisas, el desorden y el olor a cristal quemado de los focos, son una mezcla explosiva para alguien como Benedicto.
- ¿Ha pasado por maquillaje?. Le preguntó el director.
- Vengo de allí.
- ¿El guión correcto?. Tiene apuntes en letra grande debajo de cada cámara. ¿Comprende?.
- No hay problema.
- Perfecto. Atención, rodamos la escena en 20 segundos. Vociferó.

D. Benedicto se acomodó en su sitio y esperó.
Desde realización observaban la escena y alguien dijo con sorna.

- ¡Vaya con el tísico!. El hambre no le ha afectado igual en todos los miembros.

Completamente desnudo con unas cadenas en el hombro y una bola negra sobre las manos, Benedicto el actor demudó su rostro y se evadió de su persona. El personaje entró en su cuerpo y...

- ¡Acción!.

Largo silencio de cinco segundos. El equipo de rodaje esperaba con ansia las palabras del actor. Mientras, éste se recreaba con la cámara.

- Si pena es lo que quieren, que primero la vean y luego la oigan. Murmuró Benedicto entre dientes.

Tres segundos más y la impaciencia de los presentes... Por fin, la voz lastimosa de algo etéreo se escuchó en el audio.

- No tuve tiempo de formalizar mi último camino. La vida, qué ingenuidad, me absorbía mi ser sin darme cuenta. Un día, un desconocido llamó a mi puerta y maldita la hora en que hice caso a la llamada. Y así, como me ven, fui encadenado al negro abismo de los desheredados.

Larga pausa de tres segundos mientras que aquel despojo de piel y huesos se da la vuelta a la vez que juguetea con la bola.

- No le dé la espalda a su destino, vístase para la ocasión, los complementos vienen incluidos en el lote.
- ¡Corten!. La toma vale. ¡Benedicto, nos ha tenido en vilo unos instantes, pero ha resultado genial!, Avíseme antes si va a improvisar otra cosa. Nos vemos en dos horas en la próxima escena. Ya sabe, Drácula y sus ataúdes.

La actuación había sido soberbia. En el laboratorio los efectos de montaje recrearon el primer anuncio. Después de la interpretación, solo hacía falta agregar los titulares, el lema de la funeraria y su nombre. La misma voz antes sarcástica, musitó:

- ¡Qué pasada!, Una joya con mil facetas. Como todo lo haga igual de bien...

Sentado en una habitación del mini-estudio, D. Benedicto disfrutaba de un café caliente que, aunque le apedreara el estómago, le sabía a gloria. La morbosidad de superar a la adversidad. El estómago recibía de este modo una lección de lo que las personas son o pretenden de sí mismas. El concepto de superioridad de la mente frente a la carne.


Unos nudillos golpean la puerta y llaman al nuevo héroe del estudio.

- Sr. Benedicto, siguiente escena en treinta segundos.
...
...
...

- Sr. Benedicto, si quiere la cena le espero en treinta segundos. ¿Sr. Benedicto?.

- Ya voy chapoteó desde la cama. ¡Joder, si estoy en la pensión!. ¿Cuánto tiempo he dormido, Angustias?.

- Lleva tumbado todo el día desde que se acostó anoche. Pero... ¡Dios mío!, ¿Qué es eso?. Está usted lleno de sangre.

- No diga barbaridades, es maquillaje para el rodaje de Drácula y sus ataúdes.

- ¿Qué rodaje?, ¿Está usted enfermo?. No me extraña, esa vida de privacidad que lleva no es propia ni de un ermitaño. Dijo Angustias acercándose.

- ¡Virgen Santa!, Si ha vomitado sangre.

- Vaya, qué pena, ahora que tenía que hacer de Conde Drácula...

- Diga usted que ha hecho una salida vampírica esta noche. ¡Está ardiendo de fiebre!.


Angustias intenta incorporar al hombre de su lecho y le sorprendió que pesara tanto, dado su delicado metabolismo.

- ... y después, el loco doctor y sus experimentos macabros. ¡Angustias, tengo que actuar, me esperan en treinta segundos!.
- ¡Voy a llamar al médico enseguida, está con un pie en la tumba.!
- No se preocupe, me he vestido para la ocasión. Además, tengo un vale con descuento. Dijo sonriendo.
- ¡Angustias, dentro de diez segundos...! pero el telón está cayendo. Imposible, tengo que representar mi mejor actuación.
- ¡Tres segundos!. Agoniza D. Benedicto Perfecto Delgado incorporándose de la cama.
- ¡Acción!.


El cuerpo del hombre rueda al suelo, mientras el personaje levita por el dormitorio saboreando los aplausos del público. Angustias petrificada, sólo puede colgar el teléfono del pasillo, al oír un ruido sordo sobre el pavimento.


FIN.

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problemas con noura

Por causa ajenas, no puedo seguir funcionando con el blog de noaura (zine). Trataré de seguir respirando en esta ventana expresiva. Incorporo nuevas entradas para guiones y comentarios de textos que se encontraban en noaura/zine. Saludos.

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3/2/08

cambio de blog

Nuevo blog creado en Noaura.e-limbo para seguimiento de asignatura de Práctica e imagen Pictórica. http://noaura.e-limbo.com/ (blog zineart)

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7/12/07

net art

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6/12/07

casi-hechon

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21/11/07

Walter Benjamin

La obra de arte deja de ser exclusiva de sí misma. El aura que caracterizaba su originalidad, se pierde gracias a la innovación tecnológica. La máquina puede reproducir en serie, la obra que normalmente el artista creaba de manera exclusiva. Hablar de la fascinación que produce una obra de arte (un Goya, un Picasso, un Sorolla...), significa reconocer el aura innata que la obra posee. Por el contrario, la utilización de esas imágenes de forma seriada mediante una mecanización (fotografía), y (o) su posterior manipulación por parte de terceros, significa que la obra pertenece a todo el mundo y a nadie en particular.
Hoy en día, una imagen difundida en Internet, o cualquier otro "Mass media", ofrece la posibilidad de ser tratada, manipulada, manoseada, trastocada ..., perdiendo así su aura y su pedestal. Ejemplos de lo anteriormente expuesto y expresado por Walter Benajamín en "La obra de arte en la época de su representación técnica", son frecuentes y usuales en artístas de la última mitad del s. XX y más aún en el s. XXI: Warhol, Tinguely, Neumman, Lewitt...

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